Dr. Antonio Mimoso, colegiado nº 54436
Es bien sabido que la irrigación nasal ayuda a eliminar las partículas adheridas a la mucosa nasal, incluidos los microorganismos que pueden causar infecciones, pero, ¿qué papel juega en la infección por COVID-19? ¿Puede ayudar en este caso?
Algunos especialistas en otorrinolaringología han debatido sobre este asunto. Te explicamos cuáles son las conclusiones a las que han llegado.
SARS-CoV-2, un virus que se adhiere a las mucosas
El SARS-CoV-2 es el virus que produce el coronavirus pandémico. Según la evidencia que se ha ido acumulando a lo largo de este último año, se trata de un virus de transmisión preferentemente aérea y, por tanto, entra en contacto con nuestro organismo a través de las mucosas respiratorias de las vías altas (nasal y laríngea) principalmente.
El suero salino hipertónico probablemente disminuye la carga viral por el efecto físico del lavado nasal. Esta es la razón por la que los lavados nasales han suscitado interés en esta época de COVID-19.
¿Pueden los lavados nasales evitar la infección por COVID-19?
La mucosa nasal es nuestra primera línea de defensa contra las infecciones respiratorias: la capa de moco atrapa y retiene los microorganismos que se introducen al inhalar el aire, para expulsarlos después hacia la nasofaringe, desde la que son conducidos hasta el estómago, y finalmente destruidos.
Sin embargo, en ocasiones, y especialmente si la cantidad de microorganismos que inhalamos es muy alta, pueden escapar de esta barrera de moco y producir una infección respiratoria. Esto es lo que ocurre cuando nos contagiamos de COVID-19.
El lavado nasal permite retirar los microorganismos adheridos a la mucosa, incluidos los virus y, por tanto, puede reducir la carga viral. Sin embargo, se desconoce el alcance real que puede suponer esta medida en cuanto a la reducción del riesgo de infecciones.
Por otro lado, existe cierta preocupación sobre si la irrigación nasal podría aumentar la diseminación viral. Es decir, si una persona infectada se realiza un lavado nasal, puede expulsar en el proceso más cantidad de virus que podrían acabar contagiando a otras personas. Para evitarlo, es recomendable que cada persona utilice un único dispositivo de irrigación nasal, que lo haga lejos de otras personas y que después limpie bien las
superficies con las que haya estado en contacto con una solución de alcohol o cloro (lejía). La boquilla del dispositivo de irrigación nasal deberá lavarse con jabón y agua o agua muy caliente durante unos segundos.
Lavados nasales en pandemia: recomendaciones
Además de las precauciones descritas arriba, los especialistas recomiendan no detener el uso de irrigadores nasales en aquellas personas que ya los usen de forma habitual. Por otro lado, mientras se espera que nuevas investigaciones arrojen más evidencias sobre los beneficios de la irrigación nasal contra el SARS-CoV-2, los potenciales beneficios de este procedimiento hacen que sea recomendable en los trabajadores sanitarios y otras personas altamente expuestas al virus, así como en los pacientes con síntomas nasales.
Finalmente, no hay que olvidar que la irrigación nasal contra la COVID-19 es solo una medida adicional que podemos tomar, pero que nunca debe desviarnos de las acciones preventivas básicas, ni usarse como sustitutivo de la distancia social, el uso de mascarillas, el lavado de manos y la ventilación.