Dr. Antonio Mimoso, colegiado nº 54436
¿Sabías que la irrigación nasal es una técnica eficaz en la prevención de otitis media aguda en bebés y niños? En este artículo te explicamos por qué y qué características debe tener el lavado nasal en los más pequeños.
¿Qué relación hay entre la congestión nasal en niños y la infección de oído?
La otitis media aguda es la infección bacteriana más frecuente en niños y bebés. Casi todos los niños habrán tenido al menos un episodio de infección de oído antes de los 3 años, y en algunos casos se producen de forma recurrente.
La causa directa de la otitis en bebés y niños es un sobrecrecimiento bacteriano en la piel que recubre el interior del oído. Este sobrecrecimiento a su vez está relacionado con múltiples factores de riesgo, como la presencia de alergia, el uso de chupetes, el abandono de la lactancia materna, la exposición al humo del tabaco, etc. No obstante, el factor que puede afectar de forma más evidente es la congestión nasal.
La cavidad nasal, la garganta y el conducto auditivo están anatómicamente conectados, por lo que a menudo una infección en las vías altas puede desencadenar una otitis. En los bebés y niños, además, la trompa de Eustaquio se encuentra en una posición más horizontalizada que en los adultos, lo que dificulta el drenaje hacia la garganta. Esto conlleva que, en situación de exceso de mucosidad o congestión, la ventilación del conducto auditivo se vea afectada y, en consecuencia, las bacterias proliferen con mayor facilidad.
¿Qué tipo de irrigación nasal es más adecuada en bebés y niños?
Prevenir la acumulación excesiva de moco y la congestión nasal en bebés y niños reduce el riesgo de que desarrollen una infección de oído. Pero, ¿qué características debe tener el lavado nasal en bebés y niños para que sea efectivo y seguro?
En primer lugar, se recomienda el uso de una solución salina isotónica, es decir, que tenga un contenido en sales similar al del suero. Estas soluciones son las más respetuosas con las mucosas infantiles y menos molestas en su aplicación.
Los lavados nasales en niños y bebés pueden realizarse diariamente, especialmente si presentan mucosidad o congestión nasal. Para facilitar la aplicación, puedes solicitar a tu farmacéutico un dispositivo con una boquilla apta para bebés y niños pequeños, que produzca una difusión suave de la solución.
Aunque una solución salina es suficiente para mantener una correcta higiene que preventa la infección de oído en niños y bebés, algunos componentes añadidos pueden proporcionar un beneficio extra. Es el caso del Xilitol, un azúcar de origen vegetal que ha demostrado reducir la adherencia de las bacterias a la mucosa otorrinolaríngea.
Para terminar, hay que tener en cuenta que la técnica de la irrigación nasal puede no ser inocua para algunos niños, y por tanto no se recomendaría. Es el caso de niños con enfermedades sistémicas, síndromes genéticos, afecciones craneofaciales o neuromusculares, perforación timpánica, cirugía otorrinolaríngea previa, pérdida auditiva neurosensorial y otras circunstancias individuales que puedan afectar a la zona. Ante cualquier duda, consulta con tu pediatra.