Los resfriados con producción de moco son muy comunes en bebés y niños pequeños. Los lavados nasales son una excelente forma de fluidificar y retirar el exceso de moco, reduciendo la congestión nasal y ayudando así a prevenir complicaciones, como la rinosinusitis y la acumulación de mocos en el oído, que puede desencadenar una otitis media. Por eso es importante saber cómo hacer un lavado nasal a un bebé.
El lavado nasal en bebés y niños se debe realizar con suero fisiológico o bien con una solución de agua de mar específica para ello. A continuación, veremos cuándo y cómo hacer un lavado nasal a un bebé o niño pequeño de forma correcta.
¿Cuándo se debe realizar un lavado nasal al bebé?
En primer lugar, ¿cuándo debemos realizar los lavados nasales en bebés y niños?
Los lavados nasales suaves pueden realizarse como parte de la rutina de higiene diaria, sobre todo si se trata de un niño propenso a las otitis o los resfriados. No obstante, los lavados nasales son especialmente útiles cuando tienen congestión nasal o exceso de moco, ya que nos ayudará a retirarlo y a aliviar sus síntomas.
En cuanto al momento del día en el que se deben realizar, dependerá sobre todo de las rutinas familiares. Habitualmente, lo más cómodo es hacer el lavado nasal tras el baño y antes de ir a dormir, aunque se puede repetir de 2 a 3 veces al día si es necesario. Si lo realizamos unos 30 minutos antes de las siestas y el sueño nocturno, les ayudaremos a aliviar la congestión y descansar mejor.
Pasos a seguir para realizar correctamente el lavado nasal
Aunque al principio pueda resultar complicado y estresante, los lavados nasales son sencillos de realizar si se siguen unas pautas básicas. Una vez los hayas incorporado a la rutina, os resultará más fácil tanto a los padres como al pequeño.
Cómo hacer un lavado nasal a un bebé recién nacido
Si el bebé es menor de 3 meses, lo más adecuado será realizar el lavado nasal gota a gota con suero fisiológico monodosis. Primero en un orificio y, cuando esté despejado, en el otro. Los primeros meses los bebés no suelen acumular demasiada mucosidad, pero si el moco es tan abundante y espeso que no drena completamente de esta manera o le dificulta la alimentación, acude al pediatra.
Cómo hacer un lavado nasal con jeringa o spray nasal
En bebés mayores de 3 meses y niños pequeños se puede realizar el lavado nasal con jeringa (sin aguja) y suero fisiológico. También puedes utilizar un spray nasal con solución de agua de mar específico para bebés. Te resultará más fácil de usar y te asegurarás de que la presión que ejerce la solución no es excesiva, ya que están desarrollados y testados para ello.
Sigue los siguientes pasos:
- Tumba al bebé boca arriba o boca abajo con la cabeza ladeada. En niños más mayores que colaboren, también se pueden mantener sentados con la cabeza ladeada.
- Aplica el suero en el orificio nasal que quede hacia arriba, con una presión leve y constante. Ten especial cuidado si lo realizas con jeringuilla, ya que es fácil alcanzar presiones elevadas sin darnos cuenta.
- Parte de la secreción se expulsará por el mismo o el otro orificio, y parte se la tragará. Esto no debe preocuparte, porque se trata de secreciones que de forma natural vamos tragando sin darnos cuenta.
- Cuando el orificio nasal haya quedado despejado, le giraremos la cabeza hacia el otro lado y procederemos de la misma forma con el segundo orificio.
Finalmente, ten en cuenta la precaución de no obstruir ambos orificios nasales a la vez: no empezaremos con el lavado del segundo hasta que no haya quedado despejado el primero e, igualmente, si la nariz está muy tapada, reduciremos aún más la presión.
¿Cuántas veces se recomienda hacer el lavado nasal al bebé?
Habitualmente, con una vez al día será suficiente para retirar el exceso de moco y despejar la nariz del bebé. Si está muy congestionado y le cuesta dormir o incluso mamar, se puede realizar varias veces al día cuando sea necesario. No obstante, ten en cuenta que repetir demasiadas veces los lavados nasales puede irritar la nariz y la mucosa nasal del bebé.