Dr. Antonio Mimoso, colegiado nº 54436
El lavado nasal en niños es una técnica bien tolerada, eficaz y sencilla que ha demostrado reducir el riesgo de infección de oído en los pacientes con mayor predisposición. Además, proporciona alivio de los síntomas de resfriado y otras infecciones de las vías respiratorias superiores.
A continuación, vemos cuáles son los beneficios del agua de mar y cómo realizar un buen lavado nasal en niños y bebés para que sea seguro y efectivo.
Beneficios del lavado nasal en bebés y niños
La irrigación nasal ayuda a eliminar la mucosidad en los niños y bebés, facilitando así una correcta limpieza que evite la obstrucción de las fosas nasales, especialmente cuando hay congestión o resfriado. De este modo se evita la acumulación de moco que pueda afectar a los conductos auditivos.
El uso de agua de mar reduce los síntomas nasales de la rinitis y la sinusitis a causa de infecciones o alergias. Pero, además, los lavados nasales en niños han demostrado reducir la incidencia de otitis media aguda (1,2), así como la necesidad de recurrir a un tratamiento antibiótico para tratar esta patología.
La importancia de realizar bien los lavados nasales
Un reciente estudio ha puesto en evidencia la importancia de aprender a realizar bien los lavados nasales a los niños. En esta investigación, se compararon los resultados respecto a la prevención de la otitis en niños entre dos grupos. En el primer grupo se le pidió a los padres que realizaran lavados nasales a sus hijos cada día; al segundo grupo, además, se les explicó en detalle y con ejemplos la forma correcta de realizarlo. Como habrás imaginado, los resultados fueron mucho mejores en el segundo grupo.
Así pues, ¿cómo hay que realizar el lavado nasal en niños pequeños y bebés? Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La postura. Los bebés deben estar acostados de lado, mientras que los niños mayores de 2 años deben situarse de pie, con la cabeza ladeada y un poco inclinada hacia abajo.
- La higiene es importante: hay que lavarse las manos con agua y jabón antes de la irrigación nasal. Si se utiliza un aplicador de agua de mar, la boquilla también deberá lavarse con agua caliente antes y después.
- El agua de mar o suero deben estar tibios (a la temperatura de una habitación climatizada).
- La irrigación debe realizarse suave y lentamente. El agua de mar debe fluir abundantemente, dirigiendo el flujo hacia la zona del oído del mismo lado que la fosa nasal.
- Primero se realizará el lavado en una fosa nasal y después en la otra (nunca en ambas al mismo tiempo).
Estos consejos te ayudarán a realizar un correcto lavado nasal que ayude a prevenir la infección de oído, pero recuerda: consulta cualquier duda con tu enfermera de pediatría.